A Anastasiia Bondar le parece irreal volver a estar hablando de una guerra caliente en Ucrania o tener que pensar en planes de contingencia. Hasta este lunes, había tratado de aislarse del eco que rodea a la amenaza rusa. Pero el anuncio de la evacuación de las familias de los diplomáticos de Estados Unidos, Reino Unido y Australia en sus legaciones en Kiev ha hecho que se replantee esa templanza. “Ahora la crisis parece mucho más inminente, incluso la idea de que Rusia vaya a llegar hasta aquí y atacar Kiev”, dice esta consultora de márketing que trabaja desde casa, en el centro de la capital ucrania, con su marido, diseñador gráfico. Tienen dos hijos de diez y ocho años y ahora están pensando en mandarlos con la madre de él a Lviv, una coqueta ciudad al oeste del país.
La salida de diplomáticos occidentales agrava la angustia de la ciudadanía ucrania, que sufre también la presión psicológica por parte del KremlinRead More