«No tenés los huevos para expulsarme, pelotudo», le dijo Gallardo a Lamolina cuando el partido expiraba y el árbitro ya le había mostrado la tarjeta amarilla por el poco tiempo de descuento que había otorgado.»No tenés los huevos para expulsarme, pelotudo», le dijo Gallardo a Lamolina cuando el partido expiraba y el árbitro ya le había mostrado la tarjeta amarilla por el poco tiempo de descuento que había otorgado.Leer más
